Una película para amantes de los experimentos audiovisuales, toques retro absolutamente en todas las tomas. La película presenta un tratamiento que recuerda las cámaras con manivela y esas películas que quemaban las luces. Recuerda al cine mudo, con separadores y expresiones exageradas de los actores y aún los diálogos y los sonidos tienen algo de pesado y sumamente profundo.
Es una historia que se sitúa en Winnipeg en los años 30, la gran depresión, la ley seca. Un concurso para descubrir que pueblo tiene la canción más triste y por allí desfilan culturas de varios lugares, África, España etc... Este concurso organizado para una marca de cerveza es solo una excusa para que tragedias familiares se resuelvan, en todas los dolores están llevados hasta la ridiculez. Tiene toques que realmente llevan a una sonrisa y hasta una carcajada. El personaje que representa a EEUU es el que intenta olvidar la existencia del dolor y el resto de la historia algunas veces parece virar hacia un intento de explicarle que el dolor existe y no hay forma de negarlo.
Es excelente aunque la copia haya llegado en dvd, pero no es una película de cine comercial, es para amantes del arte de hacer películas. Aún así muy llevadera para los no muy conocedores que tengan un cierto gusto un poco más complejo.
Tiene toques muy jugados con respecto a la opción del tratamiento de las luces y las imágenes. Esto es para aplaudir.
Título original: The saddest music in the world
Duración: 99 minutos
Clasificación: Apta para mayores de 13 años
Género: Drama musical
Actor: Mark Mckinney, Isabella Rossellini, Maria De Medeiros, David Fox y Ross Mcmillan
Director: Guy Maddim
Director de fotografía: Luc Montpellier
Guionista: Guy Maddim y Kazuo Ishiguro
Montaje: David Wharnsby
Música: Christopher Dedrick
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