viernes, agosto 03, 2007

Sus caras son sus obras:Ingmar Bergman y Michelangelo Antonioni dos pintores del corazon humano

Muchas de las películas que comentamos aquí tienen una búsqueda de expresar la existencia y las dificultades de comunicación entre los humanos. Dos maestros de este arte fallecieron recientemente y de aquí nuestro recuerdo y respeto. Abandonan el camino dos de los maestros del siglo XX.

El tremendamente productivo Bergman confesó su amor por la televisión para la que trabajó sin problemas y con entusiasmo, sentía que pintaba de calidez y contacto aunque sea virtual las fríos hogares de Suecia donde según él el contacto humano no era una constante. Algunos de sus últimos films
Escenas de la vida conyugal (1973) - La flauta mágica (1975) - Cara a cara (1976) - El huevo de la serpiente (1977) - Sonata otoñal (1978) - De la vida de las marionetas (1980) - Fanny y Alexandre (1982)
Además hay dos films para tv : Después del ensayo (1984) - Saraband(2003) , continuación de "Escenas de la vida conyugal"estos tele-films fueron luego proyectados en pantalla grande

Escena de Seven Seal impagable Max von Sydow


Antonioni panteaba la incapacidad de retener el tiempo , la dificultad de relacionarse y el breve espacio que daba la vida para un gran encuentro, es uno de los problemas que muchas personas enfrentan hoy con cierta desesperación algunas y otras evadiendo el momento.

Me queda la sensanción que el cine de Antonioni tiene un poco más marcado un cierto tinte declamatorio del momento que transcurre, no porque haya discurso explícito, pero me parece que le otorga una sensación de más viejo, como más marcado por una época, lo que lo hace interesante por supuesto en otro sentido. Tiene que ver también con esa capacidad de registrar visualmente el momento y por la diferencia de unos años de edad claro.

El film Blow Up que tiene como base para el guion un cuento de Cortazar es una de sus obras más recordada.
De Blow Up


"El pasajero" es una película que uno creía recordar al ver la argentina El Otro de Ariel Rotter

Desde aquí nuestro respeto, recuerdo y agradecimiento por sus obras

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