dos eventos internacionales ponen en debate
los límites de la performance
debate abierto en:
http://a-caballero.blogspot.com
Man on Wire, sobre la performance de Philippe Petit | |
Man on Wire Año: 2008 Género: Películas documentales Director: JAMES MARSH Música: Michael Nyman Fotografía: Igor Martinovic Productora: WARNER BROS Distribuida por: Vértigo Films www.manonwire.es |
El 7 de agosto de 1974, un joven francés llamado Philippe Petit, pisó un cable colgado ilegalmente entre las torres gemelas de Nueva York, entonces los edificios más altos del mundo. Tras una hora caminando por el cable, fue arrestado, examinado psicológicamente y encarcelado antes de ser finalmente liberado.
Tras seis años y medio soñando con las torres, Petit pasó ocho meses en Nueva York planeando la ejecución del "golpe". Ayudado por un equipo de amigos y cómplices, Petit se enfrentó a numerosos y extraordinarios desafíos: tuvo que encontrar la manera de burlar la seguridad del World Trade Center, colar el pesado cable de acero y el equipo necesario. Tender el cable entre los tejados de las dos torres, anclar el cable y tensionarlo para soportar los vientos y el movimiento de vaivén de los edificios. El tendido del cable se hizo de noche, en completo secreto. A las 7:15 AM, Philippe comenzó a pasear por el cable a más de 400 metros de altura por encima de las calles de Manhattan.
El documental de James Marsh da vida a la extraordinaria aventura de Petit a través del testimonio de Philippe y alguno de los conspiradores que le ayudaron a crear un espectáculo magnífico y único que se conoció como el "el crimen artístico del siglo".
En el arte también se trata de un crimen.
Lo que hizo Philippe Petit en las Torres Gemelas (1970), y que vemos ahora en este documental, también lo realizó Sterlac en los rascacielos de Nueva York (1980). Le antecede Ives Klein con una ficción de suicidio en los años sesenta: de tirarse al vacío a atravesar el vacío. ¿Qué significa esta cuerda que atraviesa el vacío? |
Pasodoble, performance de Miquel Barceló y Joseph Nadj |
8 de mayo, Teatre Lliure, Barcelona |
En el escenario del Lliure "(...) aparecen Barceló y Najd, trajeados, con aspecto de personajes becketianos o enterradores. Poco a poco se van manchando de lo lindo, primero los zapatos, luego, al arrodillarse o presionar contra el muro, todo el traje. A los 20 minutos ya están hechos unos zorros. Toman azadas y mazos y golpean la pasta ocre produciendo un golpeteo húmedo, como de palmetazo en las nalgas. Barceló salta contra la pared, dibuja líneas. Trepa, crea figuras; lanza bolas, desmocha, perfora. Trabaja más ensimismado que Nadj. El espectáculo, la ceremonia, va in crescendo. Barceló y Najd se encasquetan vasijas de cerámica fresca en las cabezas y las moldean hasta componer máscaras asombrosas, un embarrado bestiario. El estupor va deviniendo angustia y cuando Barceló convierte a Nadj en escultura viva, minotauro picassiano, y lo incrusta en el muro con maneras de sacrificador -le clava dos espátulas como banderillas-, en medio de una música ominosa, la escena se hace sobrecogedora. Un acto de destrucción y creación, que Barceló remata asperjando pintura blanca con una manguera. Él y Najd acaban dejándose tragar por el muro con un ruido de succión. En menos de una hora hemos viajado al otro lado de la realidad, el mundo de los sueños y las cosmogonías." Jacinto Antón, El País, 9/05/09
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